Una señora de 55 años consulta sobre su problema para conciliar el sueño, hace 4 años no duerme de manera regular, si acaso logra sólo 3 horas de descanso.  Ella busca otras alternativas al consumo de medicamentos.  Se siente agobiada de las consecuencias de la falta de sueño pues como educadora, está llamada a cumplir con un horario escolar y mantenerse alerta todo el tiempo.  Sin embargo, este problema le afecta con cambios repentinos de humor, irritabilidad, tristeza, ansiedad y frustración.

En la entrevista inicial, se hace una recogida de información sobre el objeto de su consulta, ahí se detecta que el obstáculo del sueño se deriva de la tiroides.  Hace 4 años fue diagnosticada con hipertiroidismo.  Esto es fundamental para entender el tipo de conflicto emocional que pudo haber vivido hace 4 años pues la tiroides está relacionada con el tiempo.  Habiéndole dicho esto, inmediatamente ella identificó una situación agobiante donde «sintió que moría«. Ella cuenta que se enfrentaba a dos situaciones exacerbadas: la primera era un exceso de carga laboral que sentía que no tenía el tiempo suficiente para cumplir a cabalidad sus funciones y la segunda eran problemas familiares.  Las dificultades vividas giraban alrededor de la inseguridad, la soledad, la incertidumbre, la impotencia, la asaltan las dudas del propio desempeño para lidiar con lo que estaba viviendo.

Y fue justo para esa época que ella recibió el diagnóstico mencionado anteriormente de hipertiroidismo, es cuando también se inician las dificultades para conciliar el sueño.

Durante la sesión, se logró identificar que esta vivencia de hace 4 años tenía raíces alojadas en su inconsciente.  En su infancia hubo dos acontecimientos abrumadores que le marcaron profundamente, el primero fue el abandono de su madre quien los dejó con un padre alcohólico que la hacía trabajar para él, ella le daba el dinero con el que él compraba licor.

El segundo fue un intento de suicidio.  Ella vivía en constante peligro de ser abusada sexualmente por un tío paterno, también alcohólico y éste la maltrataba verbalmente.

En sendos eventos se le proporcionaron los recursos internos, de niña no tenía las herramientas para lidiar con esa carga emocional.  Una vez que encontró paz y calma en estos hechos, se disolvieron instantáneamente las emociones ocurridas 4 años atrás.

Al tercer día después de la sesión, ella reporta… «tengo 2 noches de dormir«.

Felicitaciones a todos aquellos que escuchan los mensajes de su cuerpo y los resuelven.  Trabajar con la información del inconsciente es una forma extraordinariamente efectiva de obtener equilibrio, recuperación, salud y calidad de vida.

Advierto que con el ejemplo de esta linda señora, no pretendo insinuar que todas las personas con dificultades para dormir tienen un problema en la tiroides, tampoco lo asocio con que la historia sea similar.  Los seres humanos son distintos, lo sabemos bien, tenemos infinitas vivencias y circunstancias.  Las sesiones de trabajo con Decodificación Biológica se ajustan, se personalizan para resolver los temas pendientes de cada uno, no es como recetar la misma pastilla ni la misma dosis a cada ser.

El cuerpo lleva mensajes a ser develados únicamente al portador.  Y este mensaje está cargado de sanación interior, liberación y amor.